Debido a los cambios
políticos, el programa Escuela 2.0 desaparece y por tanto toda la formación y
los recursos de los centros. El problema repercute en los alumnos. (Una primera
consecuencia de no trabajar con la tecnología es que los alumnos fallan en las
pruebas de Pisa en comparación con otros países).
Uno de los impulsores
del programa, Antoni Pérez Sanz aporta que aunque se incorporen las nuevas
tecnologías, el papel del maestro debe modificarse: debe ser el mediador entre
el alumno y la tecnología.
Pere Marqués dice que
lo más importante es explicar a los docentes por qué usar las nuevas
tecnologías. Los motivos son:
-
Fracaso escolar que cada vez aumenta
más.
-
Vivimos en una nueva época.
-
Estamos siempre conectados a Internet.
-
Tenemos una necesidad de encontrar
información constante.
Planteó a los centros
una forma paralela a lo que están haciendo: no memorizar sino trabajar con la
información, y los alumnos respondieron favorablemente. Es decir, cambiar la
metodología ya que la que se está utilizando en la mayoría de los centros no
responde a la forma en que aprenden los alumnos de hoy en día.
Otros profesionales
afirman que hay que plantearse de nuevo el currículum y el sistema escolar que
lleva dos siglos en la misma línea. Todo debe estar más integrado ya que con
frecuencia tratamos a las materias como estancas, separadas unas de otras.
Sin embargo hay otros
autores que opinan lo contrario. Insisten en la idea de que es difícil trabajar
en grandes grupos, se necesita una buena conexión, tiempo, etc. Pero son meras
disculpas porque si de verdad hay interés, estas dificultades se solventan. Tenemos
que ser muy críticos porque nos venden discursos, nos los creemos y los
llevamos a cabo.
Algunos estudios
demuestran que muchos alumnos se centran en lo que es el equipo, el aparato
electrónico, pero es algo que depende del enfoque que le demos como docentes.
En California se
obtuvieron resultados favorables y en nuestro país un profesor de tecnología
incorpora a su centro una página web con recursos.
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